Llega el fin de semana, hace buen tiempo y hay ganas de salir de la ciudad a tomar el aire y a disfrutar un poco de la naturaleza. Pero no apetece meterse en el coche y conducir un buen rato hasta llegar a sitios como Comana o el Valle del Prahova. ¿Qué hacemos?


Optamos por visitar el bosque de Pustinicu, situado a tan solo 25 km del centro de Bucarest, en dirección este. Nuestro destino elegido se halla muy cerca del Monasterio de Pasarea: es más, se encuentra precisamente al otro lado del lago.

El bosque de Pustnicu es una zona bien conocida para aquellos a quienes les gusta hacer picnics: el acceso está bien señalizado y el camino hasta orillas del lago Pasarea es con buen asfalto.

Desde Bucarest, hay que cruzar Pantelimon, y antes de llegar al pueblo de Branesti (famoso por sus mici) encontramos un paso elevado. Antes de terminarlo salimos de la carretera nacional DN3 y tomamos la carretera que nos lleva al bosque de Pustnicu, junto al lago Pasarea.


Tras abandonar la carretera nacional, pasamos junto al restaurante Casa de Piatra, y notamos como cambia el paisaje: la naturaleza se vuelve más frondosa, y grandes árboles a ambos lados de la carretera crean una especie de túnel natural de hojas y ramas.

Al final del camino encontramos una amplia zona para estacionar el vehículo, y cuando hace buen tiempo vemos a muchos veraneantes y excursionistas en la zona, bien descansando sobre la hierba, bien dando paseos por los distintos senderos del parque.

Junto al lago está también el restaurante Pustnicu, con una generosa terraza con vistas al lago y al monasterio de Pasarea. Es un buen sitio para probar platos típicos rumanos, y muy popular entre las personas que acuden a esta zona. El fin de semana es imprescindible reservar mesa con antelación.

Desde el restaurante hasta la orilla del lago hay que descender como unos 30 escalones. Básicamente ese es el desnivel máximo que hay que afrontar, ya que a partir de ahí todo el recorrido es llano, por unos sendero bien delimitados que no exigen ningún esfuerzo reseñable.

No nos quedó claro si es posible dar toda la vuelta al lago a pie, pero en cualquier caso si se puede dar un paseo de más de una hora de duración en la parte sur del lago, que además es la parte que está llena de bosque con muchos árboles que hacen que todo el tramo se haga a la sombra.

Sobre el lago, decir que es una buena zona para quienes les guste la pesca con caña y anzuelo, aunque parece ser que es necesario pagar una tasa diaria para poder pescar (al menos así lo indicaban las señales que fuimos encontrando por el camino).

En definitiva, una buena opción para pasar media jornada en la naturaleza, lejos del asfalto y el hormigón de la capital aunque sin la necesidad de recorrer una gran distancia con el coche.

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