En el centro de Rumania hay tres zonas en las que se pueden ver los famosos volcanes de barro de Buzau: Paclele Mari, de la que ya hemos hablado aquí, Paclele de la Beciu y Paclele Mici. Hoy nos detenemos en esta última.

A tan sólo a 3 km de la Paclele Mari, que es la zona más conocida para visitar los volcanes de barro, se encuentra Paclele Mici.
El recorrido es el mismo que hemos descrito para Paclele Mari: desde Buzau hay dirigirse a Satuc, girar a la derecha hacia Berca y luego alcanzar el pueblo de Policiori. Aquí nos desviamos por la carretera provincial 220A, y seguimos en línea recta unos 4 km hasta llegar al camping La Hangar.

En este camping aparcamos (el estacionamiento cuesta 3 lei por vehículo para todo el día), y vemos que se inicia un sendero llamado Aleea Vulcanilor (Callejón de los Volcanes), que nos lleva hacia la entrada a los volcanes.


Tras una subida algo inclinada, pero bien acondicionada y apta para todas las edades, en menos de 10 minutos de marcha llegamos a la entrada de los volcanes. Las entradas cuestan 4 lei para los adultos, 2 para los estudiantes y 1 leu para los niños.

El paisaje es muy parecido al de Paclele Mari: el suelo es gris, los volcanes parecen calderos que están al fuego y tienen barro burbujeante, que en algunas partes se va deslizando por la ladera abajo. El área total es más pequeña que en la otra parte (10 hectáreas en vez de 15), y el acceso, como hemos visto, es algo más abrupto.

Algunos volcanes han interrumpido su actividad, y a su alrededor el barro va adoptando un color más blancuzco y tiene una mayor aridez.

Respecto al barro, el guía nos advirtió de que no lo tocáramos con ninguna parte del cuerpo, ya que este líquido contiene petróleo y es altamente irritante al contacto con la piel.

Una vez llegados a los volcanes, es muy interesante es el contraste existente entre lo que ves en un primer plano, los volcanes en una superficie gris, desértica, en algunas zonas con grandes vetas, y los montes que se ven en un segundo plano, a la distancia, que ofrecen una imagen de naturaleza salvaje y exuberante. A veces uno tiene la impresión como si la zona de los volcanes fuera un decorado artificial creado para el rodaje de una película, que no concuerda con el paisaje que lo rodea.


Al bajar de los volcanes por el mismo sendero por el que hemos accedido, nos detenemos en el restaurante La Sopron, que pertenece al camping.

Aquí nos metemos entre pecho y espalda una excelente ciorba de perisoare (una sopa agria con pelotas de carne) y un plato de carnati de Plescoi (salchichas ahumadas de la zona de Plescoi) con patatas fritas. Para beber, una socata casera (zumo de flor de saúco preparado con agua con gas).

Todo estaba buenísimo, la próxima vez que pasemos por la zona repetiremos. Tienen página de Facebook, el enlace aquí.

Vídeo en YouTube con los volcanes de Paclele Mici y Paclele Mari: