El pueblo de Rosia Montana, situado en plenos Montes Apuseni, fue uno de los principales centros de minería de Rumania.


Rosia Montana está situada en la provincia de Alba, a 80 km de la capital, Alba Iulia, y a 15 km de la ciudad de Campeni. La localidad se extiende por las laderas del valle de Rosia, llamado así por el color rojizo del agua debido al alto contenido en óxidos de hierro.

Una característica única del paisaje de Rosia Montana es la presencia de innumerables lagos artificiales o estanques llamados «tăuri», creados originalmente para la minería y que hoy se utilizan con fines recreativos. Hay más de un centenar de estas acumulaciones de agua en esta localidad, como resultado de la actividad minera.

La antigua explotación minera no está abierta al público, pero una alternativa es realizar una visita a los museos del Oro y de la Minería.

El recorrido por el Museo de la Minería incluye además el acceso a una parte de las galerías de la Mina Catalina, explotada en tiempos del Imperio Romano, cuyos túneles tienen una longitud total de varias decenas de kilómetros.


Rosia Montana tuvo una gran atención mediática en los últimos años. En 2006 la mina de oro perteneciente al Estado rumano cerró, y la licencia de explotación pasó a una empresa canadiense-rumana, llamada Rosia Montana Gold Corporation (RMGC), que presentó un proyecto ambicioso para extraer el oro de la zona.

Las opiniones a favor del proyecto privado para revitalizar la zona enseguida encontraron su oposición en las organizaciones de defensa del medio ambiente y de gran parte de la opinión pública, que salió en masa a la calle para manifestarse en contra del proyecto de explotación de RMGC.

En julio de 2021 la UNESCO otorgó el título de Patrimonio Mundial de la Humanidad a Rosia Montana, dando de este modo por zanjado el debate sobre el futuro de las minas de esta localidad.

Para terminar, un excelente vídeo en español sobre las minas de Rosia Montana: