Nos adentramos en la provincia de Valcea y nos dirigimos al pueblo de Malaia, donde nos enteramos que hay una de las cascadas más bonitas del país. Como tenemos tiempo, nos detenemos y partimos en busca de este salto de agua, al parecer uno de los más altos de Rumania.


Conduciendo por el valle del río Olt, la carretera que une a las ciudades de Sibiu y Ramnicu Valcea, llegamos al pueblo de Brezoi. Aquí nos desviamos por la DN7A, la carretera que nos lleva hasta Transalpina, y unos 25 km más tarde llegamos a Malaia.

Justo después de cruzar el pueblo, nos metemos por un camino de tierra, que nos lleva hasta la Pensión Casuta din Padure y un poco más adelante a un descampado que sirve como parking. Aquí tenemos que dejar el coche: la cascada está a 1.5 km del otro lado del río Bucureasa Mare y sólo se puede cruzar a pie.


Tras una hora de caminata a paso lento llegamos a la cascada. El recorrido es de suave ascensión, por un camino lleno de piedras y con poca vegetación, apto para todo tipo de turistas, con la recomendación de llevar un buen calzado.

Antes de llegar a la cascada vemos como el río se va ensanchando y delante nuestra hay una pared de montaña. Estamos cerca.

Por fin llegamos la cascada, que tiene una caída de unos 80 metros. Unos excursionistas de la zona nos comentan que hay un sendero por el bosque que permite subir hasta la cima de la cascada.

Cuando el invierno es muy frío la cascada se congela, creando un largo velo blanco: nos apuntamos el plan para un invierno próximo y quizá también nos animemos entonces a subir hasta la cima.


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