Constantin Brâncuși fue uno de los escultores más destacados del siglo XX. Precursor del modernismo, nació en Hobita, un pueblo situado a 24 km al sur de la ciudad de Târgu Jiu, la capital de Gorj, situada en el sudeste de Rumania a las faldas de los Cárpatos.

Brancusi (1876-1957) realizó sus estudios de Bellas Artes en Bucarest, Munich y París. En esta última ciudad se estableció y desarrolló su carrera como escultor, pintor y fotógrafo. Aquí falleció en 1957 y sus restos se encuentran en el cementerio de Montparnasse.

Su trabajo más conocido es el tríptico escultural que se encuentra en la ciudad de Targu Jiu, compuesto por «La Columna del Infinito», «La Puerta del Beso» y «La Mesa del Silencio». Este conjunto de esculturas se realizó en los años 1937-1938, para conmemorar la resistencia del pueblo rumano durante la Primera Guerra Mundial.
Se trata del único proyecto de esculturas en el espacio público realizado por el artista, ya que otros proyectos planeados para Nueva York, Chicago, Francia o India no se llegaron a realizar por diversos motivos.
La Columna del Infinito o Columna Sin Fin es una escultura que consta de una especie de pilar funerario de 30 metros de altura, formado por 15 formas romboidales y 2 mitades a cada extremo. La escultura da nombre al pequeño parque en el que se encuentra, que recibe el nombre de Parque de la Columna Sin Fin.

Si desde esta parque avanzamos durante algo más de 1 km hacia el Oeste por la Calle de los Héroes llegamos a la entrada del Parque Central de Targu Jiu. Este parque, hoy llamado Parque Central Constantin Brancusi, contiene las otras dos esculturas del tríptico realizado por el artista, que están unidas por un eje imaginario rectilíneo que une a los dos parques.
La primera de las esculturas, según entramos en el parque, es La Puerta del Beso. Tiene forma de un arco del triunfo, y representa la victoria de la vida sobre la muerte. El beso está representado en cada cara de las columnas, mediante la unión de dos semicírculos.

Adentrándonos en el parque, ya casi a orillas del río Jiu, nos encontramos con la Mesa del Silencio: una mesa de piedra rodeada de 12 taburetes o sillas, con forma de clepsidra, que muestra desde arriba la forma de un reloj y representa el paso del tiempo.

Se suele señalar también la dimensión espiritual del tríptico de Brancusi, que incorpora los cuatro elementos de la naturaleza: el Agua, que fluye por el río Jiu; la Tierra, como material constructivo en la Mesa del Silencio; el Fuego, representado simbólicamente en la Puerta del Beso; y el Aire, que sube por la Columna del Infinito en su camino hacia la eternidad.
En la actualidad, se puede visitar una réplica del atelier de Brancusi en París, en una plaza delante del Centro Pompidou, una reconstrucción realizada por el arquitecto Renzo Piano.

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