A poco más de una hora de distancia de Bucarest se encuentra el Museo de Golesti, también conocido como el Museo de la Viticultura y de los Árboles, una casa-museo emplazada en un gran área natural que se ha convertido en una de las escapadas preferidas de los bucarestinos.
El Museo toma el nombre del pueblo en el que se encuentra, Golesti, en la provincia de Arges. Golesti se encuentra a tan sólo 10 km de Pitesti por la carretera nacional DN 7, y a 110 km de Bucarest.
Desde Bucarest, hay que tomar la autovía A1 dirección Pitesti, y en torno al km 110 hay que salir por la carretera provincial DJ 704C, cruzar el pueblo de Catanele y se llega hasta el pueblo de Vranesti, donde nos desviamos por la DN 7 hasta Ciocanesti y luego Golesti.
Entrando en el pueblo de Golesti, tras un par de curvas más pronunciadas, encontramos a mano izquierda la iglesia del pueblo y a la derecha la entrada del museo, un gran portón situado en la mitad de una muralla de ladrillo.
Una vez abonada la entrada, nos encontramos con un camino de piedra que conduce hasta la casa de Golesti, que contiene un museo. Esta mansión se creó en el año 1640 y fue la residencia durante siglos de la familia Golescu, una estirpe nobiliar con conexiones con la monarquía rumana.
Entre los objetos que se pueden encontrar en la casa museo, destacan el trono de varios reyes de Rumania, así como la mesa de trabajo del rey Carlos I.
En la parte trasera de la casa, encontramos los amplios terrenos que conforman la parte denominada museo etnográfico. Esta zona se compone de diversas construcciones, la mayor parte de ellas son pequeñas casas en las que se guardaban los equipos e instrumentos necesarios para los distintos cultivos que se practicaban en la zona, en particular la viticultura y la colecta de manzanas.
En este área tan amplia tienen lugar diversas actividades dirigidas a los niños, y que han convertido a este museo en uno de los destinos más buscados por las escuelas y los campamentos de verano e invierno. Es posible participar en talleres de artes tradicionales: pintura en vidrio, pintura en porcelana, modelado en barro o creación de muñecas de trapo, entre otros.
Otras posibilidades para distraer a los menores de la casa constan en paseos a caballo y poni, la tiroliana o jugar a los bolos tradicionales, construidos en madera.
En definitiva, se trata de un buen sitio para pasear unas cuantas horas al aire libre, donde mezclar cultura con actividades al aire libre.
Página web del museo, muy completa: https://muzeulgolesti.ro/home
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