El emperador Francisco José I de Austria y su mujer la emperatriz Isabel (Sissi) solían ir al balneario de Buzias, cerca de Timisoara, para realizar curas con agua termal y disfrutar del aire puro. En 1875, el emperador mandó construir una columnata para que los paseos de la emperatriz Sissi en el parque de Buzias estuvieran protegidos ante la intemperie.
Buzias se encuentra en la región de Timis, en el suroeste de Rumania, a una distancia de 30 km de Timisoara y 25 km de Lugoj.
Es una estación balneario conocida desde los tiempos de los dacios y los romanos, y fue muy popular a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando mucha gente acudía a Buzias a realizar tratamientos con sus aguas termales.
Buzias está tratando de recuperar su esplendor de otrora, cuando era un importante centro turístico del Banato.
Uno de los pasos en esta dirección constó en la renovación de la columnata construida en tiempos del imperio austro-húngaro.
Tras el acentuado deterioro que ésta ha sufrido en los últimos tiempos, las diferentes administraciones públicas se han puesto de acuerdo para renovar esta singular estructura de madera, realizada en estilo bizantino y que cuenta con un total de 533 metros de extensión, lo que la convierte en la más extensa de Europa, por delante de las columnatas mucho más famosas de Karlovy Vary (Chequia) o Baden-Baden (Alemania).
La rehabilitación de la columnata es un primer paso en la recuperación del balneario de Buzias, y forma parte de un proyecto más amplio que incluye la renovación total del Parque Central de Buzias, de varios edificios adyacentes (hoteles, casino y bazar, todos cerrados al público en este momento), así como de su centro balneario.