La Cueva de Ialomita

Esta conocida cueva se encuentra en los Montes Bucegi, muy cerca de la frontera entre las provincias de Dambovita y Prahova, a 1.530 metros de altura sobre el nivel del mar.

El nombre de la cueva hace referencia al río Ialomita, que nace a pocos kilómetros de la cueva y que alimenta los cercanos lagos Bolboci y Scropoasa, antes de recorrer unos 400 kms hacia el Este para desembocar en el Danubio, muy cerca ya del Delta del Danubio y del Mar Negro.

Desde Bucarest o Brasov, el camino más cómodo para llegar a la cueva es por la carretera nacional DN1 hasta la parte sur de Sinaia. Aquí nos desviamos por la carretera DN71, que une a esta población con Targoviste. Unos 7 km más adelante, tras pasar por una zona con curvas de herradura, hay que tomar el desvío por la carretera provincial DJ713, también conocida como la Transbucegi.

Nos quedan 25 kilómetros para llegar a la cueva y por el camino encontraremos zonas con miradores de montaña, haremos la travesía junto al lago Bolboci y las Gargantas del Tatarul y ya hacia el final sufriremos un tramo de unos 6-7 kilómetros sin asfalto y con muchos baches, lo que implica que recorrer este tramo de 25 kms nos lleve más de una hora.     

Llegados a nuestro destino, vemos junto a la carretera un Centro Cultural Misionero y el Monasterio de la Cueva Ialomita. Nos adentramos en el patio y unas flechas indican el camino hacia la cueva, que implica bajar hasta el río y subir unas rampas que nos dejan a la entrada de la cueva.

La entrada está conformada por una pequeña iglesia, perteneciente al monasterio que acabamos de dejar atrás. Una vez cruzada la puerta llegamos a la boca de la cueva, donde encontramos la taquilla para pagar la entrada: 10 lei los adultos, 5 lei los niños.

Tras mostrar las entradas nos indican que tenemos que cubrir obligatoriamente la cabeza con un casco. Aprovechamos para señalar que esta visita no es apta para todo el público: llegar desde la carretera hasta la entrada de la cueva no es fácil, y una vez dentro de la cueva hay muchos tramos en los que hay que ir en cuclillas, además de subir y bajar una buena cantidad de escalones. No se recomienda esta visita a personas con movilidad reducida o en silla de ruedas.  

El acceso a la gruta se hace por una primera sala con un gran número de estalactitas y estalagmitas. El recorrido por el interior de la cueva se hace caminando por unas estructuras de plástico, que hacen que durante todo el recorrido uno se sienta seguro.  

Tras esta gran sala inicial, el trayecto por el interior de la montaña se va estrechando, y la sucesión de pequeños túneles nos lleva hasta un cruce. Si seguimos adelante, unas escaleras bajan hasta la zona bautizada como Los Lagos, donde el sendero se acaba en una pequeña catarata, aunque no se alcanza a ver ningún lago.

El recorrido a mano izquierda consta de unas escaleras que suben hasta la sala conocida como Sala de los Osos. Una vitrina con la réplica de un cráneo de oso nos pone en situación, y subiendo algunos escalones más observamos un gran habitáculo. Continuamos nuestra subida hasta llegar a una plataforma que hace de mirador sobre esta gran sala.

Un poco más adelante, y tras habernos adentrado unos 400 metros en esta gruta, llegamos al final de la parte visitable de la misma, y procedemos a deshacer el camino recorrido para regresar al punto de partida.   

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