La conocida como Cruz de Caraiman es, según su nombre completo, la Cruz Conmemorativa a los Héroes Rumanos de la Primera Guerra Mundial. Se sitúa en lo alto del Monte Caraiman, en plenos montes Bucegi, en la provincia de Prahova.
Para llegar a la Cruz de Caraiman, hay que acercarse a la ciudad de Busteni, y dirigirse a la telecabina, es decir, el teleférico que te lleva desde Busteni a la zona de Babele, a 2290 metros de altura.
La telecabina funciona de Miércoles a Lunes de 08:30 a 17:30 en verano y de 08:30 a 15:45 en invierno. Los martes cierra por motivos técnicos, y el precio del viaje de ida y vuelta está en 80 lei (40 los niños).
Tras un viaje de unos 12 minutos y 1200 metros de desnivel salvados en un recorrido de 4.3 km de longitud, la telecabina te deja en el Platou Babele, una meseta donde se encuentran las piedras Babele y la Esfinge, de las que hablaremos en otro momento. Desde este punto, y a una hora de recorrido llano, apto para todos los públicos, podemos llegar a los pies de la Cruz.
Este monumento nacional se construyó entre los años 1924 y 1928, en el pico Caraiman, a 2291 metros sobre el nivel del mar, para honrar la memoria de los 30.000 soldados caídos en las batallas del Valle del Prahova, durante la Primera Guerra Mundial.
La cruz posee una altura de casi 40 metros de altura, y se asienta sobre una base cónica de hormigón.
Desde Busteni, también se puede observar la Cruz, en lo alto del Monte Caraiman. Y también es visible por la noche a gran distancia, ya que unas 300 bombillas iluminan la cruz por las noches.
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