La Cueva de Polovragi es una de las cuevas más visitadas de Rumania. Vamos a echarle un vistazo.
La Cueva de Polovragi se encuentra en la frontera de las provincias de Valcea y Gorj. Está situada en la comuna del mismo nombre, que es famosa por esta Cueva, por el Monasterio de Polovragi y por el Cañón del Río Oltet.
Para llegar a la Cueva de Polovragi, es necesario tomar la carretera nacional DN67, que une a las poblaciones de Targu Jiu (situada a 55 km de Polovragi) y Ramnicu Valcea (a 65 km de la cueva).
Viniendo desde Ramnicu Valcea, una vez pasada la ciudad de Horezu, llegamos al pueblo de Milostea, en el cual dejamos la carretera nacional y nos adentramos por la carretera provincial DJ665, por el cual recorremos los últimos 10 km hacia la cueva. Antes de llegar a la cueva, nos cruzamos con el Monasterio de Polovragi, y desde ahí nos queda tan solo un kilómetro para llegar a la entrada de la cueva.
Cerca de la cueva no hay ninguna zona de aparcamiento preparada para los visitantes, así que la única opción disponible consiste en dejar el coche aparcado al margen de la carretera en los tramos más anchos, o dejarlo delante del monasterio y hacer el último kilómetro a pie.
Seguro que los más atentos han caído en la cuenta de que anteriormente ya hemos hablado de una cueva que se halla en una zona muy cercana a la de Polovragi. En efecto, la Cueva de las Mujeres, de la que ya hemos hablado aquí, se encuentra a tan sólo 8 km de distancia de ésta.
Pero el hecho de que las cuevas estén una muy cerca de la otra no implica que se parezcan. Es más, las diferencias abundan entre ellas: la Cueva de las Mujeres es una cueva de altura, que sirvió de refugio tanto a los humanos como a grandes animales (osos, y otros) que suelen habitar en las zonas altas de los montes; la Cueva de Polovragi está situada en la zona baja, y ha sido creada por un brazo de agua proveniente del Río Oltet. Los animales que se adentran en ella son animales pequeños predominantes en las zonas bajas, como liebres, ardillas o incluso zorros.
La Cueva de las Mujeres es muy larga y tiene una extensión de casi 1 km de extensión. La entrada se hace por un extremo, y la salida por el otro. En cambio, en la Cueva de Polovragi sólo tiene un punto de acceso y salida, y la extensión total de la Cueva que se puede visitar es de unos 600 metros. A diferencia de la anterior, en la Cueva de Polovragi no es necesario ir de cuclillas, porque es muy ancha y alta, lo que permite ir de pie todo el tiempo.
Dentro de la Cueva de Polovragi existen una serie de zonas diferenciadas entre sí por algún elemento destacable. Por ejemplo, hacia el principio, en seguida nos encontramos con un espacio llamado La Silla de Zamolxes. Zamolxes fue un líder espiritual dacio, que vivió en torno al 1400 a.C., y parece ser que se retiró a esta cueva y la utilizó como morada.
Otra zona reseñable es la Bóveda Ensangrentada, que recibe este nombre porque en las paredes de la cueva se ha concentrado una cantidad elevada de óxido de hierro, lo que resulta en que las paredes hayan adoptado un color rojizo.
Más adelante, tenemos la única pintura que podemos encontrar en esta Cueva, y que representa a La Muerte. Se trata de un dibujo realizado con la técnica llamada «negro de humo», con la cual un monje dibujó un esqueleto representando a la muerte en una de las paredes de la cueva.
La temperatura en el interior de la Cueva se mantiene constante en torno a los 9 grados celsius, con una humedad relativa del 90%. Al final de la cueva la respiración se hace algo más costosa que a la entrada, debido a la bajada del nivel de oxígeno.
La entrada a la Cueva se hace tras el pago de una ticket de 10 lei los adultos y 5 lei los niños y jubilados. El programa de visita es de 11:00 a 18:00 horas, de martes a domingo. Se hace una entrada cada hora, en grupos dirigidos por una guía turística.
El nombre de Polovragi proviene de «polovraga», una palabra que servía para nombrar a una planta de la antigüedad que se decía curaba cualquier enfermedad. Se cree que el nombre de la planta proviene del idioma de los dacios, y que ellos introducían esta planta medicinal, típica de esta zona, para realizar medicinas y asegurar su conservación.
En la temporada fría, el techo de la cueva se llena de murciélagos que hibernan en la cueva, en grupos de varias decenas de murciélagos.
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